jueves, 19 de marzo de 2020

Canadian Task Force on Preventive Health Care (CTFPHC)


La metodología de este grupo hace énfasis en el tipo de diseño utilizado y la calidad de los estudios publicados, basándose finalmente en tres elementos claves:


1. Un orden para los grados de recomendación, establecido por letras del abecedario donde, las letra A y B indican que existe evidencia para ejercer una acción (se recomienda hacer); D y E indican que no debe llevarse a cabo una maniobra o acción determinada (se recomienda no hacer); la letra C, indica que la evidencia es "conflictiva", o sea, que existe contradicción. Y la letra I que indica insuficiencia en calidad y cantidad de evidencia para establecer una recomendación.

2. Niveles de evidencia clasificados según diseño de estudio de I a III, disminuyendo en calidad según se acrecienta numéricamente. Para el número II se subdivide en números arábigos del 1 al 3. 

3. Niveles de evidencia clasificados según la validez interna o calidad metodológica del estudio, en buena, moderada e insuficiente.

A TENER EN CUENTA ... 

Como todo sistema de clasificación, este presenta algunas debilidades que se mencionan a continuación:

  • No abarca toda la dimensionalidad de la problemática de la "prevención", respecto a las condiciones particulares de quienes son sujeto de la aplicación de medidas preventivas.
  • En su análisis no se incorpora el ámbito financiero para la factibilidad de las intervenciones preventivas.
  • La propuesta sólo se basó en población canadiense, por ende, el uso de las recomendaciones sólo puede ser extrapolada a poblaciones similares a ésta; por ello, esta propuesta tiene un inconveniente relacionado con su validez externa que ha de ser valorado al momento de pretender aplicarla en otros escenarios, pues de lo contrario se corre el riesgo de incurrir en esfuerzos económicos con resultados erráticos.
  • No contempla la relación del paciente, sus expectativas y su medio, para establecer las recomendaciones.
  • Puede inducir a errores al momento de valorar las recomendaciones para su puesta en práctica en los sistemas estatales de salud, esto quiere decir que una recomendación B puede ser menospreciada pudiendo tener un beneficio importante para la población.
  • No contempla otro tipo de áreas de investigación como tratamiento, etiología, daño, pronóstico, etc.


FUENTE:

Manterola Carlos, Asenjo-Lobos Claudla, Otzen Tamara. Jerarquización de la evidencia: Niveles de evidencia y grados de recomendación de uso actual. Rev. chil. infectol.  [Internet]. 2014  Dic [citado  2020  Mar  19] ;  31( 6 ): 705-718. Disponible en: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-10182014000600011&lng=es.  http://dx.doi.org/10.4067/S0716-10182014000600011.

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