lunes, 5 de agosto de 2019

Síndrome Post Caida en el Adulto Mayor

Caso Clínico Introductorio
Se presenta el caso de Rosa, de 85 años de edad, que luego de jugar con sus nietos, al dirigirse a su cuarto sufre de una perdida de equilibrio y cae sobre su lado derecho, golpeandose la cadera fuertemente sobre el piso. Es llevada al hospital donde se le diagnostica una fractura intertrocantérea derecha. Por complicaciones médicas y administrativas se mantiene en cama el total de su estancia hospitalaria que fue de 14 días. Al darse de alta tiene reposo en cama de 2 meses por el médico cirujano. Sin apoyar el pie en el suelo. Es importante saber que tuvo sesiones de terapia física en su estancia hospitalaria, 3 veces por semana.

Al pasar el tiempo recomendado, luego de haber estado con apoyo de un fisioterapeuta, empieza la fase de preparación de la marcha. Le indica a su fisioterapeuta que no puede, que se va a caer, empieza a temblar, se le ve claramente angustiada. Indica que está bien en cama, que no es necesario caminar y que va a tener que acotumbrarse a la silla de ruedas ¿Qué sucedió? 


Generalidades

Las caídas y las lesiones por caídas son los responsables de una parte considerable de la morbi-mortalidad en los adultos mayores. Aunque la mayoría de las caídas no provocan lesiones fisicas graves o muerte, según Nevitt, Cummings y Hudes, 1991, determinan a menudo una reducción en la actividad social y física y una pérdida de confianza en la independencia funcional.
Una de las consecuencias que no se deriva directamente de las lesiones producidas por la caídapero que afecta a la persona mayor y a su entornoes el llamado Síndrome post-caídaÉste involucra una serie de cambios en la conducta y en varias actitudes, que son observables en personas que han sufrido caídas, los cuales provocan una disminución en la confianza para llevar a cabo ciertas actividades, pues existe un miedo subyacente a padecer una nueva caída. Dicho componente psicológico se correlaciona con un componente físico asociado a la pérdida de movilidad y equilibrio.
Según la red Cubana de Gerontlogia y Geriatría, el sindrome post caída suele aparecer en mujeres y pacientes más frágiles. Pueden padecerlo hasta un 50% de los ancianos con reiteradas caídas. 

El síndrome de post caída hace que el adulto mayor comience a sentir inseguridad en sus habilidades para desplazarse y, de esta manera, evitar circunstancias en las que crea que exista riesgo de caerse. Temerán realizar actividades cotidianas como caminar fuera de casa o usar el transporte público. Incluso, podrían sentir temor de bañarse. Estos efectos no deben ser subestimados y deben tener un tratamiento adecuado.

Trabajo Terapéutico 

En una publicación de la revista Clínica y Salud, el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid nos da unos consejos a tener en cuenta durante el tiempo de terapia para poder tener una pronta recuperación del paciente. 
Antes de iniciar la terapia, debemos de tener en cuenta que estamos ante un paciente mayor, que generalmente se cansará pronto , por lo que las tareas y ejercicios deben ser concretos y sencillos. A su vez es muy importante el establecimiento de una adecuada relación empática con el paciente y sus cuidadores. 
  • En primer lugar, es fundamental la motivación del paciente, para contrarrestar su inactividad y la preocupación por el miedo a las caídas. Un aspecto a tener en cuenta, es el hecho de insistir en que sea el mismo adulto mayor  quien potencie al máximo su rehabilitación, ya sea en el centro de atención o en su domicilio, haciéndole ver que se sentirá mejor delante de sus conocidos si es capaz de encontrarse con ellos sin la necesidad de apoyo protésico o personal, teniendo en cuenta obviamente la capacidad de recuperación de la persona atendida. 
  • Comenzaremos con la explicación al paciente, de la acción que deberá de llevar a cabo: Por ejemplo, le pediremos que imagine y describa con todo detalle los pasos que componen el caminar desde el lugar en el que se encuentra hasta otra dependencia próxima, con el objetivo de contrarrestar la tendencia a divagar y la falta de concentración, en especial en pacientes depresivos e identificar los posibles obstáculos (conductuales, cognitivos o ambientales) que pudieran impedir su realización.
  • Simultáneamente con estos ejercicios, y como base fundamental de la problemática, deberemos hacer hincapié en la manera de pensar del paciente, en relación con su capacidad de caminar; en general estos pacientes piensan de un modo sesgado en cuanto a sus capacidades y cómo estas influyen en sí mismos y en el futuro . Además su manera de interpretar los acontecimientos contribuyen al mantenimiento del sentimiento de inutilidad y depresión.
  • Una vez puesta en práctica, se analiza el grado de eficacia obtenido y la necesidad o no de realizar algún tipo de modificación, como puede ser la adquisición de un andador o dejar de utilizar el bastón, pedir ayuda a algún conocido para subir o bajar escaleras, o simplemente ¡conseguir que supere sus miedos y se desplace de manera independiente.
Según la Guía de Ejercicios para Adultos Mayores, de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, algunos ejercicios que podemos realizar con el adulto mayor para que se vaya adaptando a estar en bipedestación y favorecer el control muscular, equilibrio, coordinación, adaptación física y seguridad en sí mismo se pueden realizar tanto en posicion sedente, como en bípedo. Para mayor información en el siguiente link:
 Guía de Ejercicios para el Adulto Mayor

Flexión Plantar


Extensión de cadera

Elevación de Pierna Lateral

Flexión de Cadera


Extensión de Rodilla



¿Qué debe saber la familia?

En primer lugar, se debe mantener o crear una relación de empatía con el adulto mayor. Esta parte es importante porque en ella se basa la confianza que podamos inspirarle, y así, los procedimientos tendrán un efecto positivo.

Es necesario, también, crear motivación para que deje atrás la inactividad, eso sí, sin forzar la movilidad de la persona, en caso de que indique que no se siente capaz de hacerlo. Le vamos explicando, poco a poco, cuál es la acción que va a llevar a cabo. Además, debemos mencionarle sus éxitos, exaltar sus esfuerzos y señalar sus capacidades. Debemos animarlo a que valore sus logros.
Una vez logremos que acepte moverse, debemos ir reduciendo los apoyos físicos, como bachas, fajas, correctores, bastones, silla de ruedas, andadores, y ambientales de manera progresiva, como sillas cercanas. 
Igualmente, el proceso nos exige analizar si se están cumpliendo los objetivos o si es necesario realizar alguna modificación, como volver a instalar apoyos físicos, o permitirle usar un bastón, entre otras cosas.